domingo, 13 de noviembre de 2016

SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, ADOLESCENTE VIRGEN Y MARTIR VALIENTE DE CRISTO

File:Michelangelo Caravaggio 060.jpg

HAGIOGRAFÍA DE SANTA CATALINA (Tomado de Wikipedia)

Las noticias sobre la vida de Catalina de Alejandría las proporciona documentación muy tardía.1 El documento más antiguo es la Passio, redactada inicialmente en griego entre los siglos VI y VIII, muy conocida a partir del siglo IX a través de la versión latina. Existen además otros textos hagiográficos, entre los que se destaca la Conversio, quizá influida por la mística femenina benedictina. El contenido del conjunto de textos se sintetiza a continuación.

Catalina nació hacia el 290 en el seno de una familia noble de Alejandría, en Egipto. Dotada de una gran inteligencia, destacó muy pronto por sus extensos estudios, que la situaron al mismo nivel que grandes poetas y filósofos de la época. Una noche se le apareció Nuestro Señor Jesucristo y decidió, en ese momento, consagrarle su vida, considerándose, desde entonces, su prometida. El tema del matrimonio místico es común en el Este del Mediterráneo y en la espiritualidad católica.

El emperador romano  Majencio (306-312), enemigo de los cristianos y vencido por CONSTANTINO en la batalla del Puente Milvio, había acudido a Alejandría para presidir una fiesta pagana. Durante las celebraciones ordenó que todos los súbditos hicieran sacrificios a los dioses. Catalina entró en el templo, pero, en lugar de sacrificar, hizo la señal de la cruz y 

se acercó a los sacerdotes paganos, derribó el altar de los perfumes y echó por tierra los vasos, clamando contra las abominaciones de la idolatría. 

Y dirigiéndose al emperador lo reprendió exhortándolo a conocer al verdadero Dios. Conducida a palacio, ella reiteró su negativa a hacer sacrificios pero invitó al emperador a un debate.

En la prueba del debate filosófico, los sabios resultaron convertidos al cristianismo por Catalina, lo que provocó la ira del emperador, quien hizo ejecutar a los sabios, no sin proponerle antes a Catalina que se casara con uno de ellos, a lo que ella se negó rotundamente. Majencio trató de convencerla con promesas, pero al no lograrlo, mandó azotarla y después encerrarla en prisión. Allí fue visitada por la propia emperatriz y un oficial, Porfirio, que terminó por convertirse junto con otros doscientos soldados, según señala la Passio (escrito antiguo donde se relata el martirio de Santa Catalina).


Santa Catalina, por Francisco Pacheco (1608, Museo del Prado).

Santa Catalina Mártir


El emperador ordenó entonces que torturaran a Catalina utilizando para ello una máquina formada por unas ruedas guarnecidas con cuchillas afiladas. Según la Passiolas ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina, quien salió ilesa. La emperatriz trató de interceder a favor de Catalina, pero fue decapitada, al igual que Porfirio y sus doscientos soldados.

Su tumba se había encontrado al pie del Monte Sinaí, en el monasterio que lleva su nombre, lo que dio motivo a peregrinaciones de todo el mundo, especialmente apreciada por los peregrinos de Tierra Santa. La leyenda narra que los monjes del monasterio construido a los pies del Monte Sinaí descubrieron en una gruta de la montaña el cuerpo intacto de una joven a la que reconocieron como Catalina de Alejandría. Según la Passio, el cuerpo había sido depositado allí por los ángeles. Así, la Passio se presenta adornada con un conjunto de lugares comunes hagiográficos, no históricos













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